martes, 7 de enero de 2014

La Importancia de la Vacunación

Como ayer fue el día de Reyes y como los verdaderos “reyes” de la casa son nuestros pequeños, esta publicación va dirigida a todos los padres para demostrar la importancia que tiene seguir el calendario de vacunación de nuestros hijos.

Antes de disponer de las vacunas, la población sufría de enfermedades hoy para muchos desconocidas como la poliomielitis, difteria, rubéola congénita etc, otras han disminuido notablemente como el sarampión y la parotiditis y, en otras, se van abriendo posibilidades muy prometedoras para la disminución de la morbilidad infantil como es el caso de la varicela.

Las vacunas son sustancias biológicas obtenidas a partir de virus o bacterias que producen las enfermedades frente a las cuales queremos proteger al niño. Hay que mencionar que la vacunación utiliza el mecanismo de defensa natural del niño; así de esta manera, podrá desarrollar sus propias defensas para luchar contra unas enfermedades específicas que podrían causarle la muerte en el caso de no vacunarse. He de mencionar que el sistema inmunitario del niño está inmaduro por lo que se necesita administrar varias dosis de vacuna para asegurar una respuesta efectiva y duradera del organismo frente al patógeno causante de la enfermedad.


Por todo ello, es muy importante educar sobre la efectividad y seguridad de las vacunas, especialmente a los padres de niños pequeños para favorecer el cumplimiento del calendario de vacunas sistemáticas. 

Hay que mencionar que el calendario de vacunación difiere según la Comunidad Autónoma en la que nos encontremos aunque sigue un patrón general para toda España (es la foto que a continuación se muestra).


Cualquier profesional sanitario debe de comunicar a los padres que a la hora de llevar a sus niños a vacunar deben de cumplir una serie de procedimientos que se  muestran a continuación:
  1. -       Llevar siempre la cartilla de vacunación para saber el estado vacunal, así como registrar las nuevas vacunas administradas.
  2. -        Informar al médico y enfermera sobre el estado de salud del niño puesto que si tiene enfermedad o está con tratamiento que pueda afectar a la inmunidad se prefiere posponer la vacunación hasta que el niño se encuentre bien; si presenta alguna alergia grave; si previamente tuvo alguna reacción grave a alguna vacuna; si ha recibido alguna vacuna en el último mes, inmunoglobulinas o transfusión sanguínea en los tres últimos meses; o si vive con alguien que no esté inmunizado.
  3. -       Esperar en el centro de salud unos minutos tras la administración para asegurar que no aparece reacción secundaria.

Por último, como en los últimos años ha aumentado el número de padres que bajo la creencia de que las vacunas no son efectivas sino que además, presentan más inconvenientes que beneficios, me veo en la obligación como profesional sanitario de negar con rotundidad dichas afirmaciones puesto que, si lo decimos de una manera coloquial las vacunas actúan como barrera en la transmisión de ciertas enfermedades ya que si la mayoría de personas está vacunada, no se producirá dicha transmisión y se conseguiría la erradicación de éstas.

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